lunes, 20 de febrero de 2012

El mundo sin Voz



-Only the goods dies young- gritaban al cielo lo que quedaba de Queen tras la muerte de su líder. Freddy Mercury, la figura más representativa de lo que un cantante debe ser tanto dentro como fuera de la música, consiguió aflorar un sentimiento de indignación hacia las muertes prematuras en artistas de cuantiosa valía: Sólo los buenos mueren jóvenes.

Hace apenas unos meses, grandes voces cantaban al unísono el "hasta luego" a una joven Amy Winehouse, víctima de su propio éxito y con una calidad musical fuera de lo común. La muerte le daba caza mucho antes de lo que nos corresponde por contrato y muchos nos indignamos por lo que pudo ser y no será. Una pena y una putada.

Ahora le llega el turno a una ya extinta Whitney Houston, una de las voces femeninas de mayor potencia y belleza que la música nos haya podido dar. Su éxito, devorado por su vida llena de excesos, ya no nos confería ninguna esperanza de retorno, pero los anhelos siempre estarán ahí. Su belleza, la fuerza de su voz y en el escenario, sus películas emotivas y ser clara referencia de las mujeres negras que han dominado la última década en la música y el cine son puntos de partida que dejaron una huella imborrable.

"La voz" se fue, pero ya le esperan los grandes de la música en el altar de los más grandes. Adiós señorita Houston.

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